miércoles, 29 de octubre de 2014

El tute anual 2014 (1)

Comienza el In-Edit en pleno otoño en la playa en bikini con castañas y boniatos, una vez más. Este año coincide con la fiesta del cine y la organización se apunta a lo de las entradas baratas, aunque lo compensa con "sesiones especiales" (entre otras, la de inauguración y la de clausura) más caras donde, al contrario de otros años, no valen los abonos. Así que dejo la película de inauguración para otro día, paso el fin de semana con mi coro de barbershop madrileño, y no comienza el tute anual hasta el lunes, con la película gratuita, que es, una vez más, la ganadora del In-Edit de Brasil.

La ganadora del In-Edit de Brasil toma la figura del bailarín Nelson Triunfo como pretexto para contar la historia de la movida de "bailes soul" que se originó en Rio a finales de los años 60 pero que vemos desarrollarse en São Paulo y convertirse en movida hip-hop. En plena dictadura militar, los bailes soul o bailes black eran eventos políticos en tanto en cuanto la gente reivindicaba el orgullo de ser negros, influidos por el black power y la música negra norteamericana, particularmente James Brown, que actuó en Brasil en 1978, con Triunfo ejerciendo de groupie (y perdiendo la capa que Brown le regaló).



Este Nelson Triunfo es un pernambucano (Triunfo es el nombre de su pueblo) que se convierte en una figura conocida en el circuito de bailes soul de São Paulo por su forma de vestir, su estilo de bailar ("una mezcla de funk con xaxado", se dice) y su amplia cabellera (su seña de identidad, que aún conserva), de donde le viene el apodo de "El Hombre Árbol". En esto que, coincidiendo con la eclosión del hip-hop en los Estados Unidos, "Nelsão" se plantea sacar a su grupo de bailarines funkys de los bailes y trasladarlo a la calle, comenzando así un movimiento de hip hop, graffiti y breakdance a la brasileira que florece a pesar de los encontronazos con la policía, y que lleva a Triunfo a realizar una labor social en escuelas de barrios pobres (de la que se habla en la película pero que no queda documentada). Triunfo, que cumple hoy (ayer) 60 años y no para quieto cuando no baila, es un tipo old skool, de los que usan el hip hop de forma positiva contra la violencia (como dijo en el coloquio post-proyección, "si mi padre me da un arma, mato; si mi padre me da un micro, canto"); no en vano la película se cierra con Triunfo bailando con b-boys en Nueva York y São Paulo mientras suena el "Rapper's Delight". La película destila paz, amor y buen rollito, pero tanto angelismo y tanto buenismo mezclados con hagiografía pura y dura se ven compensados con la pasión y la alegría contagiosa que le echan Triunfo y sus compañeros de baile soul y baile break al asunto. Y Nelsão se nos revela en vivo y en directo como un personaje entrañable y cercano. Salgo del cine con una sonrisa de oreja a oreja. El tipo made my day, que dirían los americanos.



Hoy (ayer) volvemos a las alucinantes colas para documentales musicales que normalmente no encontramos en ningún documental musical salvo en el In-Edit, y no precisamente en la película gratuita. Toca programa doble. La primera es una película de las larguitas cuyo punto de partida es un musical de Broadway sobre Fela Kuti, que ni hace música fácil (sus temas son larguitos, poco tarareables y aún menos radiables), ni se le acaba de entender en Broadway, ni tiene una personalidad digerible en Broadway (con su, por decirlo suavemente, muy políticamente incorrecta visión de la mujer, el sexo o el sida que lo mató, por ejemplo), y para colmo, pretenden meter a su música (interpretada por Antibalas) un tambor parlante que no tiene que ver con Fela (para desesperación de los propios Antibalas). Y a partir de ello, que suena de todo punto horrible salvo lo de Antibalas, surge bajo la publicidad del musical un emotivo homenaje a la figura de Fela en forma de historia de su vida y su contexto, con sus luces y sus sombras, contada por sus hijos, sus músicos, su novia activista americana y otros allegados, así como el propio Fela en imágenes de archivo, con alguna intervención puntual como la de Paul McCartney describiendo sus impresiones en su visita al club de Fela en Lagos, el Shrine. Sin embargo, la película no me deja con ningunas ganas de ver el musical de Broadway que publicita, por muy buenas que sean las interpretaciones (que lo son, la de Antibalas y la del actor protagonista del musical); ya hubo un Fela, el original, y ver imágenes de él en acción da mucha alegría.





La película sobre Divine, la drag queen de "Pink Flamingos", me produce la impresión contraria: que lo que hay que ver de Divine no es el (vulgarcillo) documental, sino sus (transgresoras) películas.





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