miércoles, 27 de noviembre de 2013

71 años


Sale en el Faro de Vigo un tío que dice: "Yo peleo contra Jimi Hendrix". Una anda poniendo el consabido post el día de su cumpleaños, como fan que soy. Pero: Ya lleva tiempo haciendo falta alguien que cuestione a Hendrix. Lo que ha habido es "quiero ser Hendrix (y no puedo)", y eso incluye a Prince, con todo lo que me apasiona su música. Han pasado cuarentayalgún años de su muerte, 71 de su nacimiento, y sigue siendo incuestionable.

Y aquí viene uno que pelea contra Hendrix. Se llama Sam Amidon y no me suena de nada; lo cual no dice nada, con lo cada vez más out que estoy. Así que investigo, y me entero de que conozco a su señora esposa.



Él acaba de sacar un disco. Aquí una canción:



Nick Drake, Nick Drake, eternamente Nick Drake...

(Ah: ¿pero no peleaba contra Hendrix????? Es folk, es bonito, pero es otro campo... ¿Habemus boutade?)

Hoy mismo encuentro un artículo muy curioso sobre los sitios tan recónditos a donde van a parar las canciones: por ejemplo, aluciné pepinos la vez que encontré esta de los Who en un Simago (el Simago era un súper; ahora es el Carrefour o Carrefour Mini o como se llame).



Me acuerdo de que el chico del cumple fue a parar a un anuncio de HSBC: un banco.





Lo cual me recuerda una discusión en Facebook que tuve hace poco con uno sobre eso de que la música que vale la pena es la real, pura y auténtica y la industria no produce más que basuras a la Lady Gaga. La discusión se las prometía entretenida pero al final el tipo resultó ser un talibán rockista: eso sí, con una línea rockista con tendencia noventera que me suliveya bastante, que lo uno no quita lo otro. Guste o no guste, mole o no mole, Hendrix es La Industria (además de La Hostia). Y todavía ha de llegar quien le cuestione.

Esto para mi estimado talibán, con mucho cariño.



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