jueves, 4 de abril de 2013

De spam hasta las orejas


Los Monty Python hicieron hace muchos años un gag sobre Spam (marca de conglomerado de carne de cerdo en lata)...



...del que surgió la palabra spam (basura por internet).



Últimamente me aparece una cantidad inusual de visitas en las estadísticas a través de webs con nombres que suenan a vampiro...



...o a zombi.



Y yo, que soy una pánfila, hago clic a ver lo que es. Craso error.



Me acabo de enterar por varias webs como la de este amable chico de que hacer clic es lo que jamás hay que hacer en estos casos: son webs de spam de las que no viene ningún visitante humano (estas mías no son rusas sino americanas). Glubs. "Casualmente", una de las direcciones de las que más "visitas" recibo es... ¡la de este blog! Con un añadido raro, eso sí. También se esconde el spam en otras direcciones en apariencia legítimas (Twitter), retorcidos que son.

Al final, resulta ser un engorro, pero puede dar problemas de seguridad, como el spam que se recibe por e-mail. Yuyu, yuyu. (Que por cierto, lo del "juju" es un tipo de música nigeriana que constituye un ingrediente del afrobeat que se inventó el Fela con el batería de su banda, Tony Allen.)



(Que por cierto, el Fela tenía otra de zombis.)



O sea: por nada del mundo hay que abrir los enlaces. Y si la curiosidad pica o no estamos seguros de que tal vez el enlace sea de veras, hay quien aconseja utilizar un servidor proxy.

Y los pardillos como yo que hemos abierto algún enlace, a borrar la caché y las cookies.



Que ya dicen que la curiosidad mató al gato. (Sí, ya sé que había un grupo británico con ese nombre, pero este one hit gatuno de esta one hit wonder de la disco me mola mil veces más.)

Moraleja: siempre se aprende de las meteduras de pata.



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