martes, 18 de septiembre de 2012

Tren nocturno

Viajé de Madrid a Barcelona, en un tren nocturno por primera vez en milenios. O más bien, viajé de Madrid a Barcelona pasando por hace milenios en el túnel del tiempo.

Pues resulta que en la época de los AVEs, Alvias, Alaris, Altarias y Euromeds, resulta que el tren nocturno en el que viajé tenía toda la pinta de la magdalena de Proust.


Ni siquiera eran las literas amarillas (e igualmente estrechas) que hubo después. Aquí una canción del tiempo de las literas como la de la foto (bueno, no: el tren Estrella apareció 20 años después). Irremediablemente, adapto la letra: ¡Alcalá de Henaaares! ¡Guadalajaaaara! ¡Sigüeeenza! ¡Arcos de Jalón! Parapa papa papa papa, papa papa papa papa, papa, pa, pa, pa, ¡Calatayuuuuuuuud!



¡Zaragoza Deliiiiiiicias! ¡Reeeeus, Tarragooooona! ¡Sant Vicenç de Calders, Barcelona Saaaants! Night train! Carry me home!...

Habrá en estos tiempos quien describa la cafetería como vintage...


Pues aparte de tal viaje al pasado del ferrocarril español (alucino que el Estrella no haya cambiado un pelo al menos desde la carrera), otros de los eventos destacables del fin de semana fueron la exposición de Hopper...




...y unas buenas cánticas que me eché con la Laura. Especialmente, este tema tan lo last de lo last. En versión coral: resulta que, horreur, también lo perpetró Sting.



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