domingo, 11 de octubre de 2009

Quién te ha visto y quién te ve...

La vida da mil vueltas, el humano evoluciona, etc. etc. etc. y aquí hay varios ejemplos de ello en el mundo de la música patria.

Por ejemplo, La Trinca, grupo cómico-paródico-festivo catalán. Por allá por los 70 cantaban al papel de wáter con música de Beethoven, o contaban la sin par historia de la invención del bidet; ahora llevan la productora Gestmusic, perpetradora de operacionestriunfos, miraquiénbailas y otros programas televisivos.



Igualmente catalanes eran Los Sirex. Telonearon a los Beatles en su concierto de Barcelona en 1965 y nos proporcionaron clásicos impagables como "Si yo tuviera una escoba" y "Que se mueran los feos".  El grupo ha cumplido este año cincuenta años; el cantante, un chaval de la Barceloneta que se hacía llamar Leslie, llegó a tener un restaurante en su barrio, se metió en política y fue concejal por Convergència i Unió en el Ayuntamiento de Barcelona.



Más o menos por la misma época comenzaba en esto de la música una chica madrileña bautizada artísticamente por su profesor de ballet como Massiel. La chica comenzó a hacer eso que dio en llamarse "canción protesta", con temas de Manolo Díaz o Luis Eduardo Aute, pero en 1968 le llegó el pelotazo (propiciado por la insistencia de Serrat en cantar en catalán) cuando de rebote le llaman para sustituir al "nano del Poble Sec" como representante de España en el festival de Eurovisión (a celebrarse en el Royal Albert Hall de Londres), con un tema del Dúo Dinámico (catalanes también)... y gana el festival (amañadamente, según un documental emitido en La Sexta en 2008).

Tras progresar del "La la la" a Bertolt Brecht y de ahí al "vamos al Noa Noa" y al "yo tuve tres maridos y a los tres envenené" (de hecho, ha tenido tres maridos), Massiel, conocida también por el delicado apodo de "la Tanqueta de Leganitos" (y por su afición a empinar el codo pelín demasiado) deja la música y se la ve en programas televisivos de tomate con salsa rosa.

En uno de los cuales programas de tomate con salsa rosa, una de las chicas que le hacían los coros (desde entonces conocidas como El Trío La La La) le acusó de divismo. Además de su participación en el Trío La La La, Merche ("la fea") también ha cantado la canción de la abeja Maya.



Salto de década y de régimen: llega la cacareadísima movida, con grupos como Alaska y Los Pegamoides. De los cuales, Alaska y Nacho están en Fangoria, Carlos y Eduardo están criando malvas, y Ana Curra, que pasó por una época de drogas duras, da clases de piano en el conservatorio de El Escorial. Aquí una de las varias bandas paralelas de Ana, y posiblemente la más frívola (en comparación con tanto desvarío gótico con Parálisis Permanente o Los Seres Vacíos): Negros S.A., con Alaska y Los Nikis.



Otra Ana de la época, aunque bien diferente: Ana Cocouaua, o sea, la de Enrique. Esta canción es anterior al cocouaua - incluso anterior a Enrique y Ana como tal: es una versión de las Chiffons, uno de los egregios grupos de chicas de los primeros 60 en los Estados Unidos. Últimamente, Enrique (del Pozo) se ha dedicado al tomate como Massiel; Ana dejó la música, estudió ingeniería informática, se casó con un compañero de la carrera y pasa total de ser una celebridad.



Y acabamos otra vez en los 60, con un simpático conjunto de soul made in Spain que se llamaba Los Canarios porque, como su propio nombre indica, eran canarios. Según el documental de La Sexta mencionado anteriormente, hubo quien pensó que esta canción hablaba de sexo oral ("ponte de rodillas"...)

El cantante, entonces conocido como Teddy Bautista, posteriormente interpretó el papel de Judas en "Jesucristo Superstar" con Camilo Sesto (Jesús) y Ángela Carrasco (la Magdalena), y actualmente es Eduardo Bautista, el presidente del consejo de dirección de la "simpática" Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).



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